11.04.2010 |
-¿Cómo se origina la inflación en la Argentina?
-En este momento creo que el origen son una serie de imperfecciones en el mercado que permiten a ciertos sectores que están en posición monopólica u oligopólica sobremarcar precios sin que existan elementos que lo justifiquen. En un contexto donde el tipo de cambio ha permanecido inmóvil durante todo el año; donde todavía no se han reunido las comisiones paritarias en la mayoría de los sectores; ¿qué está pasando con los costos cuando las empresas tienen una elevada capacidad ociosa? Me parece que lo que pasa es que tanto en la comercialización como en la producción de la industria de alimentos y bebidas, como en los insumos, hay imperfecciones del mercado que permiten elevar precios en forma injustificada.
-¿Se trata de cubrirse a futuro?
-O aprovechar la situación oligopólica para tomar una renta que viene generada precisamente por esa condición. Ahora, por otro lado hay otro dato a tener en cuenta. De qué aumentos de precios estamos hablando dependerán las cadenas de comercialización que consideremos. Las clases media y alta, que tienen una situación de ingresos bastante acomodada, convalidan aumentos de precios de servicios y de bienes finales como los automóviles o electrodomésticos, que no tiene nada que ver con la canasta de los sectores de ingresos medios y bajos. En este momento lo que más está creciendo es alimentos e indumentaria, o sea que estos brotes inflacionarios que tenemos afectan más a los pobres que a los ricos.
-¿Cómo se sale de este proceso?
-Ahí hay un problema, las posiciones oligopólicas, el hecho de que los precios internacionales empujan para arriba, todo eso ocurre y tardará tiempo en corregirse. Pero el gobierno tendría que avanzar es en la creación de mercados de comercialización más accesibles a los sectores de bajos ingresos. Por ejemplo el abastecimiento por medio de una buena red de ferias francas garantizaría acceder a precios más bajos que en un supermercado, que es una de las formas de oligopolio más fuertes que tenemos.
-El gobierno ya hizo esto con la venta de merluza antes de Semana Santa. ¿Cree que tiene algún otro plan antiinflacionario?
-Esa es una experiencia que hay que multiplicar. Porqué no pensar algún tipo de vínculo con los sectores sindicales y comercializar productos a precios similares a los del Mercado Central, que son la mitad que en los supermercados. Primero: no es un problema uniforme.
No se puede hablar de inflación porque sube el precio de la carne solamente, porque la carne implica el 10% de los precios; tampoco se puede hablar de inflación cuando suben productos estacionales, porque no son comprados, y además porque no es igual la canasta de consumo de una persona humilde que de una de ingresos medios y altos. Segundo: dado que para poder corregir esto se precisa tiempo para que vengan inversiones, sugiero pensar mecanismos de emergencia que acerquen a la gente los productos a bajo precio, y ese mecanismo tiene que estar a cargo de los municipios, los sindicatos, las ONG.
-¿Considera positiva la intención de la CGT de pedirle explicaciones a los empresarios?
-Por un lado pedir explicaciones, pero también se puede explicar cualquier cosa. Lo que tienen que hacer es pasar a los hechos. Generar mecanismos para los sectores de ingresos bajos, para los desocupados.
Es un elemento básico que posiblemente no se refleje en el índice, pero en el bolsillo de la gente sí. Lo que importa en la inflación es el impacto sobre el poder adquisitivo, porque eso es lo que estamos defendiendo. Tenemos un tipo de cambio bastante estable que permite proteger la producción y exportar. No está habiendo presión inflacionaria por el lado del tipo de cambio ni por el programa monetario, ni por el gasto público. La presión viene por dos cosas: porque hay sectores que tienen una gran capacidad de compra y pueden convalidar precios altos, y porque hay sectores que están en condiciones monopólicas. En el medio quedan los sectores de ingresos fijos, los jubilados, los trabajadores que menos ganan.
-¿La negociación salarial y la asignación Universal por Hijo pueden tener un impacto negativo en la inflación?
-Lo que ocurre es que la asignación por hijo fue reactivadora de la economía, y lo que tenemos que preservar es que eso no se lo coma la inflación. Y que a los aumentos salariales no les ocurra lo mismo.
Para eso tenemos que garantizar el acceso a la canasta básica de la población trabajadora. Los otros verán cómo se manejan, tendrán menos ahorro, pero lo que nos interesa son los millones de personas ubicadas apenas por encima de la línea de pobreza.
HECTOR VALLE, ECONOMISTA
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