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domingo, 31 de mayo de 2009

Tomada :Argentina es una rara Avis..


“La mayoría de los países tiene pérdidas masivas de empleos, en cambio nosotros discutimos aumentos de salarios”

Por Alfredo Zaiat y Fernando Krakowiak

Es jueves por la tarde y la puerta del Ministerio de Trabajo está colmada de trabajadores metalúrgicos que tiran bombas de estruendo, hacen sonar sus bombos y escuchan una grabación de la marcha peronista a todo volumen. Adentro, en el piso 13, el ministro Carlos Tomada se prepara para comenzar la entrevista con Cash sin poder sustraerse de lo que ocurre afuera.

Otra vez hay manifestaciones en la puerta del ministerio.

–Sí, pero son cualitativamente diferentes. Cuando asumí como ministro, en mayo de 2003, nuestra tarea principal era la administración de los planes Jefas y Jefes de Hogar. La Secretaría de Empleo, que tiene los mejores recursos humanos y profesionales en políticas laborales, estaba abocada casi exclusivamente a los planes. En la puerta del ministerio había tres movilizaciones por día de gente que antes que nada reclamaba ser vista. Estaban absolutamente excluidos. Yo, que venía del campo sindical, estaba acostumbrado a negociar convenios y salarios y tuve que aprender a negociar kilos de carne y pan. Todavía tengo guardadas las actas. Esa era la Argentina que existía cuando asumimos. Ahora, en cambio, esta movilización de la UOM –señala la ventana– es una música maravillosa. Es el movimiento obrero organizado reclamando un aumento salarial. Expresa la Argentina que queremos. Además, son obreros industriales lo que también evidencia el modelo que hemos elegido. En aquel momento decía que el día que tuvieran este tipo de manifestaciones en la puerta iba a considerar que parte de la tarea estaba cumplida, aunque todavía queda mucho por hacer.

¿Expresa sólo la dinámica que genera la discusión de las paritarias o también evidencia un incremento de la conflictividad social por la crisis?

–Por lo menos, hasta ahora tiendo a enmarcarlo como parte de un proceso de negociación colectiva más instalado. Un funcionamiento más natural de la tensión propia entre el capital y el trabajo. No tenemos en la negociación colectiva un elemento distintivo vinculado con el impacto de la crisis financiera internacional sobre la economía real. Tal vez el único, es una mayor heterogeneidad sectorial. Entre 2005 y 2008 las negociaciones fueron más homogéneas, si bien tenían algunos grados de apertura. Eran todas por un año y alrededor de un número referencial. Hoy, en cambio, hay sectores que negocian por seis meses y otros por un año. Algunos acuerdan aumentos porcentuales y otros una suma fija, mejoras que pueden o no ser remunerativas.

¿Cuál viene siendo el aumento salarial promedio?

–La referencia está marcada por el Estado, el sector de la construcción y algún otro gremio más que fijaron un número cercano al 15 por ciento, pero cuando Moyano dice que no hay piso ni techo tiene razón. De hecho, el año pasado el número de referencia fue 19 por ciento y hubo convenios que firmaron por 17 y otros por 30 por ciento.

¿Las paritarias vienen demoradas por la crisis?

–Las negociaciones transcurren con mayores dificultades, pero hay que decir que nosotros somos una rara avis porque en estos momentos en la mayoría de los países no se discuten aumentos de salarios. Ni siquiera han atinado a la firma de algún acuerdo marco como muchas veces han hecho en España. Lo que ocurre es que estamos hablando de países que tienen pérdidas de empleo que han llevado casi a duplicar, y en algunos casos triplicar, la desocupación que tenían hasta el año pasado. Esto demuestra que la crisis nuestra tiene que ver más con expectativas que con daños en la economía real. Nadie se está negando a la negociación de convenios. El Gobierno aumentó las jubilaciones y los salarios de los trabajadores del sector público. Además, fijó el salario mínimo docente. Todo eso es acompañado desde el sector privado. El gremio de comercio, que es el más importante de la actividad privada con casi a un millón de trabajadores, acaba de firmar su paritaria. Acordó 300 pesos como suma fija por seis meses. Y los metalúrgicos están negociando ahora porque el convenio terminó en marzo.

¿Se está acordando un mayor número de sumas fijas que de porcentajes?

–No, está repartido. Ahora se está cerrando el acuerdo de los bancarios que es por porcentaje e incluso en algunas negociaciones por empresa también se acordaron aumentos porcentuales. En realidad, en algunos casos se acordó una suma fija para sortear el proceso electoral y la incertidumbre sobre lo que ocurre con la crisis internacional.

¿En este contexto se encuentran en peor situación los contratados y los informales?

–Sí, porque la expectativa negativa lleva a desensillar hasta que aclare y la primera decisión es no renovar los contratos que van venciendo. Eso es lo que está caracterizando al mercado laboral. Hay una caída de las contrataciones. Los despidos han tenido un incremento muy leve. En octubre del año pasado, cuando apareció la punta del iceberg de la crisis internacional nos auguraban un escenario de despidos masivos. Algunos gurúes porque viven viendo catástrofes a la vuelta de la esquina y otros porque estaban sinceramente preocupados. En ese momento, la Presidenta reaccionó en forma instantánea y dejó en claro que el principal objetivo era defender el trabajo. El mismo énfasis que todos pusimos para generar un crecimiento inédito de los puestos de trabajo durante los últimos cinco años, lo pusimos también para defender el empleo. Hubo varias empresas que habían empezado a despedir y las hicimos dar marcha atrás. Por ejemplo, Easy, Walmart y Carrefour.

¿Las empresas qué decían?

–Que necesitaban hacer los despidos porque no podían enfrentar la situación.

¿Y cuando los frenaron?

–No pasó nada. Se incorporaron. Todos nosotros sabemos que cuando una empresa se quedó sin mercado y no puede más no retrotrae el despido. Acá volvieron para atrás. A partir de entonces nos metimos con el procedimiento preventivo de crisis que es la forma de generar espacios para que estas decisiones, que a veces eran absolutamente intempestivas, empezaran a tener un freno. Sobre 460 medidas que se plantearon de despidos colectivos se retrotrajo el 65 por ciento y otras se convirtieron en suspensiones. Esos despidos hubieran generado una ola que se habría alimentado a sí misma. Sin embargo, quedaron muy limitados.

¿Cuántos trabajadores de empresas privadas cobran una parte de su salario a través del Programa de Recuperación Productiva?

–Era un instrumento que teníamos con muy baja utilización y que ahora abarca a cerca de 70 mil trabajadores. Lo damos por tres meses y después damos la opción de renovar. De hecho, algunas pymes que comenzaron a mejorar no renovaron.

¿Por qué ese programa financia también el pago de salarios a multinacionales que ganaron muchísimo dinero durante los últimos seis años, como las automotrices?

–No ha ocurrido con todas. Ocurrió con Volkswagen y Peugeot. Es cierto lo que señalan, pero son empresas con importante dotación de personal en el país que registraron fuertes caídas a nivel mundial y si podemos ayudarlas lo vamos a hacer. De todas maneras, es una medida coyuntural porque está claro que el Estado argentino no está para subsidiar terminales.

¿Por qué descartaron la prohibición de despidos que solicitó la CTA?

–Cuando me reuní con la CTA en octubre del año pasado les dije que comprometía la acción del Gobierno para evitar despidos colectivos. En ese momento, ellos me pedían esa medida por seis meses. Ya hemos superado ese tiempo y no tenemos gran cantidad de despidos. Hoy todavía estamos en condiciones de defender el empleo con políticas proactivas en términos de nivel de actividad. No estamos enfrentando una situación de deterioro a través de despidos masivos. Ni siquiera me tengo que referenciar con estadísticas. Me alcanza con ver lo que pasa en los lugares que visito. Tenemos los casos de Mahle, Massuh o Novatech, pero el Estado ha respondido ante todas esas situaciones con acciones de distinto orden. Novatech fue comprada por empresarios argentinos, Massuh implica una intervención estatal más fuerte y de Mahle se está haciendo cargo la empresa Vasena.

Tampoco decidieron aplicar la doble indemnización sugerida por la CGT.

–No hay una evidencia empírica que demuestre que la doble indemnización signifique un freno objetivo. Durante la crisis de 2001 hubo miles de despidos pese a la doble indemnización. Tampoco significaba un obstáculo para el mercado de trabajo porque con la doble indemnización vigente, si bien la fuimos bajando progresivamente, el incremento del empleo terminó siendo notable.

¿Y la asignación familiar universal?

–Estamos tomando otro conjunto de medidas que van en esa dirección porque creemos que es necesaria una política social más abarcativa. Desde el Ministerio de Desarrollo Social, se avanzó con el seguro de familia, con la ampliación del plan y se planteó el pago de una asignación familiar para los monotributistas sociales. En algunas provincias están desarrollando planes de carácter universal. Además, hemos mejorado el seguro de capacitación y empleo, un seguro no contributivo dentro del cual hemos empezado a contemplar a otros colectivos. Por ejemplo, desde el año pasado estamos incorporando a todos los padres cuyos hijos son detectados en situación de trabajo infantil. También propiciamos la jubilación de 1,8 millón de personas que no cumplían los requisitos para acceder a ese beneficio. Estamos ampliando la cobertura social, pero la apuesta principal del Gobierno está pasando, como siempre, por la inclusión social a partir del trabajo

El Indec informó que la tasa de empleo en el primer trimestre subió con relación al mismo período del año pasado, ¿cómo se explica eso en el actual contexto de crisis?

El empleo asalariado formal empezó a caer en el cuarto trimestre de 2008, pero previo a eso el empleo registrado crecía. Por eso cuando se compara el primer trimestre de 2009 con el mismo período de 2008 todavía se observa un crecimiento. De hecho, la industria automotriz muestra un crecimiento de más de 6 puntos, pese a que en los últimos meses sufrió una fuerte desaceleración. En este punto lo importante es que, más allá de lo ocurrido en este último trimestre, cuando uno ve la película se encuentra con que desde el primer trimestre de 2003 se crearon 2,2 millones de empleos registrados y ya estamos en 6,7 millones. Lo mismo debemos destacar en el caso de la negociación colectiva. Empezamos con 1,7 millón de trabajadores cubiertos por convenios colectivos y hoy tenemos cerca de 6 millones.

En las negociaciones colectivas de los últimos años se negociaron aumentos de salarios con porcentajes elevados, pero una de las críticas es que no se aprovechó para mejorar las condiciones laborales.

–Hubo un progresivo desmantelamiento de las condiciones laborales establecidas durante los `90 y se introdujeron, por ejemplo, contenidos que tienen que ver con cuestiones de salud y seguridad en el trabajo, jornadas y licencias y restricciones a las pasantías. No obstante, es cierto que tendría que haber habido más actividad en materia de mejora en las condiciones de trabajo. La necesidad de recuperar los salarios fue muy dominante después de la crisis, pero lo que tiene este proceso de negociación como hecho inédito es su continuidad y eso permite recuperaciones correctivas y otro tipos de progresiones: establecer estructuras salariales que tengan más que ver con la realidad, categorías ocupacionales que se relacionen con los puestos en la fábricas, extensión de las categorías de convenios hacia niveles más técnicos.

¿La cláusula de polivalencia funcional debería removerse o llegó para quedarse porque cambió la organización del trabajo?

–No creo que haya llegado para quedarse. Es un debate pendiente porque la polivalencia funcional, entendida como sobreexplotación, que fue el sentido que se le dio en los ‘90, es reprobable. Aunque también es cierto que los contenidos de los puestos de trabajo se han modificado y el enriquecimiento de las tareas es un hecho. Debemos dar cuenta de ciertos cambios que se han producido en la organización del trabajo para lograr que lo que pasa en la realidad sea regulado en el convenio colectivo porque también es perverso defender el convenio colectivo y que la realidad pase por otro lado. En los ‘90 hubo dos estrategias empresarias: Una fue introducir el artículo de la polivalencia en los convenios y la otra fue dejar de lado los convenios. Esto último fue lo que hicieron los empresarios metalúrgicos. Dejaron el convenio sin renovar y la conformación de la estructura de puestos en las compañías terminó yendo por afuera. Lo único que logró confrontar contra eso fue cierta presión sindical en el ámbito de trabajo que logró que se moderara la sobreexplotación. Tenemos que encontrar la manera de regular a través de los convenios colectivos la nueva realidad productiva ahora que hay un mayor protagonismo sindical.

Después de las elecciones se va a llamar al Consejo del Salario.

–Sí, normalmente para el mes de julio se convoca al Consejo del Salario y lo vamos a hacer. De hecho, han estado trabajando las comisiones. Supongo que también las centrales sindicales van a plantear una suba del seguro de desempleo porque el Consejo del Salario es el órgano competente para su tratamiento.

¿Hay que subirlo?

–Creo que sí. El año pasado no se subió y creo que deberíamos actualizarlo, pero tenemos que sacarle connotaciones catastrofistas como seguramente van a querer darle. En general, todos los aspectos de la protección social requieren actualizaciones. De hecho, las hemos estado haciendo y las vamos a volver a hacer.

Fuente: página 12

NESTOR KIRCHNER POR LILIANA LOPEZ FORESI

“De Narváez es la máquina de impedir"

31-05-2009 / El ex presidente, en un reportaje con Liliana López Foresi, en la residencia de Olivos

Distendido, en uno de los ambientes de la quinta presidencial de Olivos, Néstor Kirchner recibió a la conductora de las mañanas de Radio Del Plata, Liliana López Foresi, para afrontar una charla en la que no esquivó temas. Las dificultades del gobierno de Cristina, su complicada relación con los medios de comunicación, el enfrentamiento con los intereses del campo, la campaña electoral que lo tiene como protagonista excluyente, y las deudas que el proyecto político que encabeza con su mujer tiene con los sectores más postergados de la sociedad.
- Todos los que alguna vez vivimos en el sur sufrimos una depresión cuando pasamos el Puente Pueyrredón. Porque era realmente el Truman Show en algún momento, era el momento ideal, era el barrio ideal, vivir en Bernal, vivir en Quilmes y demás, era realmente una infancia y una adolescencia maravillosa.
-Sin duda, yo estudié en La Plata, milité en política en aquellos tiempos, estuve en los barrios en aquellos tiempos y era otra Argentina. A mi, en estas caminatas, hay gente que me hace entrar a casas extremadamente pobres, y hablamos con sinceridad con la gente. Ellos están contentos con todo lo que se hizo, pero falta muchísimo mas por hacer. Y me dicen "mire cómo está viviendo esta ancianita, miren lo que nos pasa, miren lo que nos llevó acá, veámoslo", vamos, lo miramos, lo vemos. Esa comunicación es de un aprendizaje…
- Y eso se puede modificar.
- Claro que se puede modificar. ¿Sabe lo que pasa? En los pueblos mas chicos hay mucho mas control social. Pero en el conurbano, con la cantidad de pobres que generó la crisis del 2001, con la marginalidad y la exclusión social que se generó. Evidentemente, ahora hay que ir a recuperar a todos esos hermanos y hermanas que están en una situación límite, es una tarea de epopeya, ética, que va a llevar años, pero se puede hacer. Pero lo que pasa es que tienen que tener control social los intendentes, los gobernantes, nosotros, todos.
- ¿Se interpretó de verdad lo que fue dicho por la gente, por el pueblo en el 2001?
- Y algunos sí y otros no, esta es la realidad ¿Qué es lo que sucedió en la Argentina? En la Argentina, mire las cosas que llegamos a creer: que el uno a uno era posible, el endeudamiento de la Argentina llegó a 153.000 millones de dólares, un 140% de la relación deuda-producto. Hoy gracias a Dios estamos en 48%, hemos mejorado muchísimo con todas las tareas que se llevaron adelante que las podemos relatar. Pero llegamos a creer eso, entonces se habían terminado las ideas, estaba prohibido pensar, había que ser solamente pragmático. Yo digo que ser práctico sin ideas no sirve, tener ideas y no tener practicidad tampoco sirve. Pero no puedo pensar que se pueda cumplir una sociedad sin ideas, sin ideología, me parece absurdo, es decir matar al pensamiento arranca la propia actitud evolutiva que tenemos los seres humanos, es un absurdo. ¿Qué nos llevó al dos mil uno? Hubo mucha esperanza en 1999 cuando asumió la Alianza, muchísima esperanza. Pero la Alianza lamentablemente ratificó el proceso económico neoliberal de los noventa y yo digo "la maldición del malinche", es decir, débiles con los poderosos y fuerte con los débiles. Esto fue lo que se hizo acá en la Argentina: cuando los números no cerraban "descontémosle 13 puntos a los jubilados, descontémosle a las provincias, saquémosle a las universidades". Siempre para cerrar los números en la escala golpeemos a aquellos que menos defensas tienen…
- El discurso de que sobra gente...
- Sobra gente, la obra es gasto público improductivo, que "está lleno de vagos el Estado", toda una tarea de desprecio. Esta gente son los que hoy hablan y son las maquinas de impedir, por eso yo digo permanentemente "tengamos la fotografía del 2001", no para asustar a nadie. Yo no quiero ver mas a una ancianita golpeando a un banco para que le devuelvan los ahorros de toda su vida, que le dejó la pensión del marido fallecido o aquel que tenía la indemnización de un trabajo y le quedó el dinero dentro del banco. Nunca mas quiero ver esas imágenes porque nos causaron a todos los argentinos una congoja bárbara, pero eso también ha traído un estado de conciencia que no lo podemos perder. Por eso digo que la palabra memoria en todos los aspectos es fundamental. Claro que hay muchas cosas que hacer, claro que hay muchos errores que corregir…
- ¿Qué errores corregiría ahora? ¿Qué errores puede reconocer y corregir ahora?
- Muchos los está corrigiendo Cristina, esta es la realidad. A Cristina le toca un gobierno en una etapa mucho mas difícil que la que me tocó a mi, por tres cosas fundamentales: yo tuve la suerte de un Vicepresidente que me acompañó, eso es muy importante, eso es muy importante que los argentinos lo tengan en cuenta, que a uno lo acompañe la persona que está atrás. Después a mi me tocó sacar el país del infierno, pero sin terminar las cosas que hay que hacer ahora, mejorar la calidad institucional, la calidad del trabajo, esta es otra etapa, la distribución del ingreso. Nosotros salimos del infierno, pero ahora empieza a ser la sintonía fina, la política fina, donde un modelo tiene que profundizarse para consolidarse en el concepto filosófico que tiene. La Presidenta es una mujer muy decidida dispuesta a llevarlo adelante, entonces cada vez que mueve toca intereses y cuando toca intereses, esos intereses no retroceden.
- ¿Cuál es la real oposición? ¿Dónde están?
- La real oposición con el eje del mal (sonrisa). Son los intereses que hoy nosotros lo vivimos en conflictos como el año pasado, que tienen cierta prensa en Argentina. Que actúa mediáticamente con mucha fuerza, que está muy relacionada con estos sectores económicos fuertes que existen en la Argentina, que quieren hacer un modelo adecuado a sus necesidades. Yo soy un fervoroso defensor de la libertad de expresión, pero lo que digo es que la prensa debe hablar y debe haber cien mil medios, que digan lo que quieran decir, pero no pueden decidir por los gobiernos y ellos quieren que los gobiernos sean empleados de ellos "sino te saco tal tapa, te hago tal cosa, te digo tal cosa, te hago tal otra"…

Kirchner habla frecuentemente de evitar "la máquina de impedir", y remite a las consecuencias de un Parlamento trabado. "No estamos creando miedo -aclara-, lo que hay que hablar es con la verdad”
- ¿La maquina de impedir en la provincia de Buenos Aires puede ser De Narváez?
- Un Congreso que impida al Gobierno gobernar, este es el tema, que impida tomar las medidas. Estuvieron en contra de la recuperación de los fondos, estuvieron en contra de Aerolíneas Argentinas, en contra de los fondos de la Anses, en todo, medidas aprobadas por el pueblo argentino y necesarias. Por eso yo digo que es fundamental en esta etapa darle la posibilidad al Gobierno que pueda seguir gobernando. No aprueban el presupuesto, no votan nada, pero no proponen nada ¿Cuál es la maquina de impedir? Usted lo nombraba ¿a quién nombró usted?
- A De Narváez.
- De Narváez es hace cuatro años diputado, creo que desde el 2006 que no habla en la Cámara. Está hace cuatro años y hace cuatro años que está haciendo propaganda por la seguridad, a ver si obtiene un voto más. Pero no fue capaz de presentar un proyecto en la Cámara. Es una cara viviente de los proyectos del neoliberalismo en los 90, no tiene dos ideas, usted le pregunta ¿Qué es lo que va a hacer con la Argentina? Con todo respeto por este señor, porque yo no tengo por qué agredirlo…
- Se trata de discutir ideas.
- Claro, quiere volver al modelo de los 90, que vuelva la desocupación, la concentración económica. Uno cuando es dueño de un medio no puede ser candidato, hablan de ética, de moral, es dueño de un medio, América, es dueño de El Cronista Comercial y es candidato. Después se quejan, le impugnan un candidato y tratan de crear sombras. Lo que yo digo es que la gente tiene que tener claro quién es cada uno, con mis aciertos, mis errores, mis mocasines y mi saco cruzado, soy eso. Soy un producto típicamente de la clase media argentina. Pero uno muestra lo que tiene, muestra lo que es y demás, y yo creo que evidentemente esto es lo que los argentinos tienen que tener en cuenta. Yo no lo quiero descalificar ni agredir, pero cada uno representa los intereses que representa.

sábado, 30 de mayo de 2009

PORQUE LA ODIAS A CRISTINA

















¿Por qué la odiás a Cristina?

Que está engayolando garcas
que empujaos por oligarcas
se llevaron 30 mil.
No hagás el papel de gil,
peleándote con la historia,
hacé un poco de memoria
¿O no amás a la Argentina?

¿Por qué la odiás a Cristina?

Que junto con el pingüino
devolvió a los argentinos
un cacho de dignidad.
Le cuento: movilidad
jubilatoria ¡recuerde!
que su nono casi pierde,
con la alianza y sus pamplinas.

¿Por qué la odiás a Cristina?

¿Por la lucha paritaria?
Los obreros fuimos parias
con el turco entregador
que nos robó al mejor
invento del peronismo:
Pleno empleo, optimismo
y justicia en la Argentina.

¿Por qué la odiás a Cristina?

¿Porque le cobra a los ricos?
Lo entienden hasta los chicos
al fato 'e las retenciones.
No vengas con pretensiones
de estanciero adinerado.
Sos un simple conchabado
¿O naciste en cuna fina?

¿Por qué la odiás a Cristina?

¿Las retenciones te ofenden?
Te informo: eso depende
de los precios exteriores,
que en niveles superiores
traspasa el lucro normal.
Es renta diferencial.
¡Cachá los broli Isolina!

¿Por qué la odiás a Cristina?

Ya me acuerdo vos sos de esos
que creen hasta los huesos
que son gente superior,
y que no tiene valor
la opinión del tipo pobre,
porque aunque guita te sobre
tenés seso ‘e plastilina.

¿Por qué la odiás a Cristina?

Nunca lo voy a entender,
porque todos pueden ver
que estamos mejor que antes.
Porque hasta el más delirante
si compara ¡a qué negarlo!
a Eduardo, Fernando y Carlos
elige siempre a Cristina.

¿Por qué la odiás a Cristina?

Yo te ofrezco mi saludo
todos los días la sudo,
porque hoy tengo trabajo.
Y aunque sigo bien abajo
me acuerdo de dosmildos,
cuando una caja de arroz
valía como insulina.

¿Por qué la odiás a Cristina?

Ya está bien: desenojote,
y no escuches los dislates
del periodismo alquilado,
que nunca está de tu lado
porque obedece al bolsillo
de más de cuatro vivillos
que no quieren a Argentina.

¿Por qué la odiás a Cristina?

Si sos un trabajador
Que se bancó el horror
de aquel turquito curciento
que al ventipico porciento
subió nuestro desempleo
llenando al país de reos
¡ese es buena mandarina!

¿Por qué la odiás a Cristina?

¿Por Francisco el del tatuaje?
Ese expresa el malandraje
que con Menem gobernó.
Su campaña financió
en 2003 ¡acordate!
Sería otro disparate
votarlo contra Cristina.

¿Por qué la odiás a Cristina?

Si laburás por convenio
tuviste todo un decenio
sin un aumentito en blanco.
Del corralito del banco
te olvidaste, me parece.
¿Dejás que Clarín y el trece
te pasen la gabardina?.

¿Por qué la odiás a Cristina?

¿Porque te duelen los pobres?
¿Largaste vos algún cobre,
ya que sos tan altruista?
¿O siempre fuiste turista
de mishiaduras ajenas?
Yo no te creo esas penas,
ni tu corona de espinas.

¿Por qué la odiás a Cristina?

¡Ah ya sé: la indigencia!
Si con otras presidencias,
te molestaba el piquete,
cuando a tu barrio paquete,
volvías en tu Vitara.
¿Y ahora sos el Che Guevara?
¡Agarrate Catalina!

¿Por qué la odiás a Cristina?

Yo no odio, yo espero.
Tengo muchos, muchos peros
también para este gobierno.
Pero mirando el infierno
que hicieron los anteriores,
cincharé pa’ que mejore,
mi gobierno: el de Cristina



Gracias a los compañeros de la Asociación Mutual Homero Manzi que me mandaron este poemazo.

domingo, 24 de mayo de 2009

Chile en recesión


Mariana Berdinas -"desocupados"

Chile en recesión

Más de un millón de cesantes Paul Walder - Punto Final

A comienzos de mayo, el establishment económico empresarial chileno dio su veredicto: algunos vieron la luz al final del túnel, otros sintieron el fondo del pantano. Todos, más o menos a coro, con matices y estilos diversos, han dicho que Chile ha comenzado a salir de la crisis. Una novedad, sin duda: sería el primer país del mundo en comunicar tal evento. Porque los otros han sido los operadores de Bolsa en Wall Street. Ya no se trata de ver el vaso medio lleno o medio vacío. Simplemente, lo menos es más, visión que ha superado al relato del ministro de Hacienda de Ricardo Lagos que repitió durante un lustro que la economía iría “de menos a más”. Y así estamos.

Seguimos esperando. Cuando el Banco Central publicó a inicios de mayo el desempeño económico de marzo, no dio una buena noticia. La economía chilena se había contraído en 0,7 por ciento, parte de un proceso iniciado a fines del año pasado. Desde noviembre de 2008 la economía nacional ha venido retrocediendo a un ritmo discreto, claramente recesivo. Durante el primer trimestre del año, la actividad económica se redujo en 2,1 por ciento, lo que es, a todas luces, un síndrome recesivo.

Hacienda no lo ve así. Y ve positivo lo negativo. Ve que lo negativo es menos de lo esperado, por lo que podría decirse, y así lo expresa, que es positivo. El ministro Andrés Velasco ha demostrado en un ejercicio de optimismo exaltado que lo negro es blanco, o que lo menos es más, porque, dijo, “ al hacer todos los ajustes técnicos que corresponden, la economía creció 0,2 por ciento respecto del mes de febrero y 0,5 por ciento respecto de diciembre de 2008, cosa que no había pasado el mes anterior”. Todo lo demás, también dijo, son “vaticinios a veces catastrofistas”. La visión de Velasco ha sido aplaudida y compartida por la cúpula económica y empresarial. En una especie de cuadro estadístico del ánimo económico, El Mercurio exhibió la interpretación del “mercado”. Y sanciona: la economía chilena ha caído menos de “lo esperado”; las cosas, sugiere el diario, no son tan malas. ¿Para quién no son tan malas?

*Trabajadores soportan la crisis

No para los trabajadores. La feroz contracción de la economía tiene su efecto directo en el empleo. La encuesta que realiza el Departamento de Economía de la Universidad de Chile para el Gran Santiago ha arrojado cifras dramáticas, peores a las registradas tras la crisis asiática. Durante el primer semestre del año, la tasa de desocupación en Santiago alcanzó al 12,8 por trabajo-, la cifra más alta desde el tercer trimestre de 2003. Y algo similar ocurre en el desempleo nacional -bien se conocen los despidos masivos y cotidianos en la industria minera y salmonera-, que en marzo registró un 9,5 por ciento, con casi 670 mil personas sin empleo. Un número que viene en aumento y no se relaciona con el optimismo de las elites gubernamentales, funcionarias y empresariales. Según el muy oficial Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en marzo “el número de desocupados aumentó un 23 por ciento (126 mil personas quedaron sin trabajo) respecto a igual periodo del año anterior” y entre ellos los cesantes, que son los que perdieron el trabajo, crecieron en casi 28 por ciento (123.800 trabajadores). Todo en los albores del invierno, que es el período del año caracterizado no sólo por el frío, sino por las más altas cifras de desempleo.

Estos son los cálculos oficiales. Pero otras estimaciones son simplemente pavorosas. El economista Orlando Caputo establece el índice del desempleo real, compuesto por los desocupados y los inactivos con deseos de trabajar. La combinación de estas dos variables coloca el número de desempleados en un millón 200 mil personas, que es más del 16 por ciento de la fuerza de trabajo. “Para calcular el desempleo real a nivel del país, se puede aplicar a la información del INE la metodología usada por la Universidad de Chile para Santiago: proyectando directamente el porcentaje de los inactivos con deseos de trabajar, que publica la U. de Chile para el Gran Santiago, a los inactivos totales del país, según el INE”, precisa Caputo.

Estos datos se unen y suman a otros de marzo y abril: no sólo creciente desempleo, también caída en la producción, en las exportaciones, en las ventas. En marzo pasado las ventas de los supermercados (según el índice que elabora la Cámara Nacional de Comercio) bajaron 7,8 por ciento, en tanto las de artículos perecibles, como lácteos y sus derivados, cayeron en 17 por ciento. La caída de las ventas en marzo, que están expresando la contracción más bestial de todas que es la de los alimentos, es la más violenta de los últimos doce meses. Aquí, a diferencia de lo que dice la elite económica y empresarial respecto a la actividad económica, cada día se cae más abajo.

En la producción, algo similar. La industria bajó su actividad en casi un diez por ciento durante el primer trimestre del año. Y aún es peor en las exportaciones. Las faenas industriales cayeron 26 por ciento en febrero pasado. Un evidente descalabro, pero menor que las exportaciones, que van de mal en peor. En enero bajaron 71 por ciento, en febrero 42 por ciento, y en marzo, tuvieron un retroceso ¡del 82 por ciento! Y si es así con las exportaciones, las importaciones también reflejan la recesión: en marzo cayeron más de un 30 por ciento.

*¿Luz al final del túnel?

El Banco Central ha venido bajando las tasas de interés desde inicios del año. Una actividad que en tiempos del capitalismo tradicional impulsaba el consumo, la inversión y el crecimiento económico. En la segunda semana de mayo, el Banco Central volvió a rebajar la tasa de interés, para colocarla en un 1,25 por ciento anual, proceso que había iniciado en enero, tras recortar la tasa de 8,25 por ciento, que mantenía desde las presiones inflacionarias por los alimentos y el petróleo en los mercados internacionales desde mediados de 2008.

Pero en tiempos de una crisis profunda, estructural para muchos y terminal para algunos, el uso de estas políticas no tiene ni fuertes ni débiles efectos. Desde la rebaja en enero, la economía chilena ha venido retrocediendo sin dar señales de reactivación, como desean ver las elites. La producción y el comercio están desde hace meses muy resentidos por un cada vez más débil consumidor que ha visto menguados sus ingresos y en no pocos casos carece totalmente de ellos, como es en el caso de un trabajador cesante.

*Usura, endeudamiento y desempleo: la mezcla fatal

El Banco Central ofrece una tasa del 1,25 por ciento anual, que es la tasa rectora del dinero que lleva a circulación a través del sistema financiero privado. Pero, ¿qué es lo que recibimos? Las tasas al alcance del consumidor, si observamos las ofertas que reproduce y publica la Superintendencia de Bancos, pueden llegar hasta a un 51 por ciento anual para un crédito de consumo por un millón de pesos en el Banco París. Si ello nos parece alto o excesivo, miremos la realidad.

Un estudio realizado a fines de abril por el Sernac, reveló que la usura es una práctica cotidiana en los negocios financieros. El informe, elaborado sobre créditos de 500 mil, un millón y tres millones de pesos, incluyó a 35 instituciones financieras. Detectó que la diferencia en las tasas de interés entre una y otra entidad puede llegar hasta el 648 por ciento. En pesos, resulta aún más increíble: para créditos de 500 mil pesos a 24 meses, se puede pagar desde 58.192 pesos hasta 345.280 pesos adicionales. En el caso de un préstamo de un millón, a 24 meses, se pagará desde 89.840 pesos hasta 672.248 pesos adicionales. Si el monto es de tres millones de pesos, a 24 meses, un consumidor pagará desde 269.520 hasta 1.483.632 pesos. Frente a estos y muchos otros números, ¡qué importancia tiene para el consumidor final que el Banco Central baje su tasa de interés al 1,25 por ciento anual! Una rebaja que sólo abarata los costos de la banca, pero que no alcanza a llegar al consumidor.

Ante esta situación, sin duda crítica, alguien podría preguntarse sobre los actuales niveles de consumo, los que sin duda se mantienen gracias al crédito. Sin embargo, estos van en una clara declinación. Y si consideramos el creciente desempleo, el impacto sobre los ingresos y la capacidad de pago de los créditos sin duda será grande.

El Banco Central publicó el año pasado en su Informe de Estabilidad Financiera una encuesta sobre niveles de endeudamiento de los hogares.

Se trató de una encuesta previa a la crisis, realizada en 2006. Entonces la deuda promedio de los chilenos en casas comerciales, cajas de compensación y compañías de seguro aumentó 6,1 por ciento respecto de abril de 2006, y llegaba a un promedio de dos millones 800 mil pesos por persona. Para el Banco Central no se trataba de montos preocupantes, pero sugería tomar algunos resguardos y ser prudente en los gastos. En suma, considerando estas deudas de consumo, más las hipotecarias, el informe concluía que los hogares destinaban más de un 20 por ciento de sus ingresos a pagar deudas.

Pero las cosas han cambiado. Hace un mes, el Banco Central publicó un nuevo informe sobre deudas de los chilenos. Sin cifrar las deudas, estableció la relación entre deudas riesgosas por no pago y desempleo. “Aun cuando los riesgos financieros que enfrenta un hogar son variados y provienen de distintas fuentes, la pérdida del empleo es, empíricamente, un determinante crucial en el riesgo de crédito. Al aumentar el desempleo y simular un escenario similar al de la crisis asiática (en el cual el desempleo bordeó el 11%), la deuda en riesgo aumenta respecto de la situación inicial, y pasa a representar entre 22 y 28 por ciento de la deuda total de los hogares”. ¿Pero qué sucederá si las tasas de desempleo no son las de la crisis asiática, sino mucho más altas?

Ante este panorama, la pregunta es cómo sobrevivimos y quién está pagando los costos de esta crisis. Hay quienes sugieren, como el mismo Sernac, cotizar e informarse antes de comprar o suscribir un crédito. Pero bien se sabe que la concentración del mercado impulsa a la colusión entre los carteles. Y bajo un sistema tan concentrado, el mercado ya no existe. Está comprobada -y también confesada- la colusión en el sector de las farmacias, pero hay sospechas más que fundadas en otras áreas, como las tiendas por departamentos, las grandes ferreterías, el transporte aéreo y terrestre y, por cierto, el sector financiero. Sin una clara y sólida regulación el mercado se mueve a sus anchas. Enriquece a quienes lo controlan y empobrece a los más débiles.

Las elites económicas y empresariales, y también las políticas, han desarrollado un discurso que se eleva cual singular melodía en medio del rumor, a ratos rugido, de la crisis. Con el estribillo de la “luz al final del túnel” y de “hemos tocado fondo” y la aplicación de algunas medidas paliativas, como los subsidios a la contratación y al empleo, se nos intenta seducir una vez más acerca de un futuro esplendor: que la crisis actual, como tantas otras inherentes a la esencia del capitalismo, pasará tarde o temprano. Tras la turbulencia, el cielo límpido, el sol radiante, el crecimiento y el auge económico... Las mismas promesas de antaño, de los años del neoliberalismo radiante.

El gobierno ha puesto en marcha su publicitado programa de ayuda a los desempleados. Pero se trata de un detalle, una nimiedad. Para el economista Manuel Riesco, el problema del seguro de desempleo es que para “acceder a él, se exigió doce meses de cotizaciones en los últimos dos años, con las tres últimas continuas. Es decir, para acceder, hay que haber cotizado al menos un mes de cada dos a lo largo de dos años, y los tres meses anteriores a perder el empleo”. Un avance respecto a las exigencias anteriores, sin embargo se estrella con la realidad: las estadísticas de los últimos 25 años del sistema previsional demuestran que las personas que cotizan en promedio menos de un mes de cada dos, alcanzan a sólo dos tercios de la fuerza de trabajo. Es decir, “la mitad de la fuerza de trabajo cotiza menos de un mes de cada tres, un tercio cotiza menos de un mes de cada cinco y un quinto cotiza menos de un mes de cada diez. Esta realidad no ha cambiado en años recientes, como lo demuestran las propias estadísticas del seguro de desempleo”, afirma Riesco

PAUL WALDER

Periodista free-lance nacido en Santiago de Chile, licenciado en la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha trabajado en numerosos medios, escrito innumerables textos, columnas, artículos y reportajes.

Chile en recesión Gentileza Bob Weiss Rebeliòn – España - 22-05-2009

jueves, 21 de mayo de 2009

Carta abierta de un militante a Pino Solanas


Carta abierta de un militante a Pino Solanas, por Emiliano Gareca

Pino, sos un gran cineasta, nadie lo puede negar. Un peronista de la primera hora que se dedicó a documentar el Movimiento durante la resistencia y al General durante su exilio. Como olvidar tu obra combativa y fervorosa: "La Hora de los Hornos”, que de forma clandestina recorría las villas donde la Juventud Peronista daba la vida por Perón. Verla hoy te pone la piel de gallina. Tampoco podemos negar que fuiste un político con huevos en los 90 que se enfrentó con el Menemismo (aunque en un comienzo estabas bastante cerca, como muchos otros, ilusionados con el traidor de patillas), lo que te costó sufrir un atentado cobarde por sicarios anónimos. Nos expusiste la cruda realidad del fracaso de la Alianza, pusiste en la pantalla, con mucho arte, los destrozos de las privatizaciones y mostraste que existe una Argentina Latente. Épicos documentales de un militante, la verdad que es una lástima… Es una lastima, Pino, que te hallas alejado de los compañeros, que estés priorizando tu propia verdad sobre la realidad y que el político no sepa distinguir entre el documentalista que denuncia y el líder con soluciones concretas. El cine como herramienta de cambio es válido, pero no suple la falta de propuestas y la responsabilidad de obstaculizar un proyecto tras el cual el campo popular y nacional debería volver a ser uno. Es una lástima, Pino que cuando salís en los medios te olvides de algunas cosas. Leí algunas entrevistas y veo que a medida que se acerca el 28 te vas olvidando de más cosas, pareciera que con el tiempo, algunas medidas de los gobiernos K van desapareciendo y quedan en la nada, no son buenas ni malas, no existen. Lo mismo le pasó al Movimiento con la constitución del 49, esa que tanto queremos, dejó de existir, ni buena ni mala, la nada. Volviendo al hoy, parece que para vos, no existió la estatización de los fondos jubilatorios y el fin de las AFJP, si te pones a sacar cuentas, y estoy seguro que ya lo hiciste, el negocio de las AFJP fue incluso superior, en los montos y en el saqueo, a cualquier otra privatización, incluso la de YPF. Así de impresionante fue el negocio al que el gobierno puso fin, del que nada decís. Esto vos lo sabes mejor que yo, pero parece que se te olvidó. Se te olvida también la recuperación del correo y de aguas por el Estado. Es curioso, pero también se te olvida hacer una mención, aunque sea mínima, a la recuperación por el Estado de la Fábrica de Aviones de Córdoba, protagonista de tu “Argentina Latente”, nada, no existió, no pasó. Yo sí me acuerdo de cuando entrabas a los hangares vacios con la cámara atrás y la nostalgia te recorría el cuerpo, contabas del “Pulqui” y te remontabas como en una nube al primer Perón. Ahora no decís nada, justo ahora que esos hangares son nuestros y quizá, porque no, el “Pulqui” renazca como el ave Fénix, como vos siempre soñaste, y no decís nada. Ya sé... ya sé... para vos no alcanza, es poco, es maquillaje, todo es trucho. Pero te parece justo decir que la política de los K es mas de lo mismo? Realmente lo crees con sinceridad? La verdad es que no te entiendo, o hay algo que yo no sé. Te olvidas, Pino, de las reformas de Nilda en el ejército y la derogación del Código de Justicia Militar (ni Cámpora se metió con eso). Tampoco decís nada de la Ley de Medicamentos Genéricos que terminó con otro de los grandes negociados: el de los laboratorios, que lucran con la salud de la gente. Por qué Pino, no hablas de eso? Por qué? Yo se porque, porque para sumar votos hay que criticar, y para criticar con fuerza hay que evitar cualquier tipo de reconocimiento, por más que sepas, como buen peronista que sos, que son pasos muy importantes, avances enormes, profundos e históricos y no meras medidas aisladas o simple demagogia. Hasta la política de Derechos Humanos te parece floja. Con todo lo que se está haciendo! Y el proyecto de ley de radiodifusión? y la ley de reconocimiento al Genocidio Armenio? y la notable baja del desempleo y el trabajo en negro? eso no es distribuir el ingreso también? O es más de lo mismo? No creo Pino, que el neoliberalismo sea aumentar la obra pública keynesiana para evitar los despidos y aumentar el consumo interno y la producción. Vos decís que si, que estamos en la misma. Yo no creo que lo creas. Y la re negociación de la deuda con los bonistas? cuanto ahorramos con eso? y los aumentos en la inversión para la universidad pública? Nada, no existen. Tampoco decís nada sobre la casi inexistente represión policial a las protestas (la cana existe y es la misma, un punto flojo y grave de la gestión, pero a pesar de eso el gobierno trató al máximo de no reprimir piquetes ni de ricos ni de pobres ni de ambientalistas ni de nadie, eso no es poco) Estoy de acuerdo con vos, Pino, los recursos naturales son la gran deuda, recuperar el subsuelo, el petróleo y terminar con el negocio de las mineras contaminantes es el desafío por delante, como muchos otros, como decía el General “las revoluciones se hacen con sangre o con tiempo”. Pero la política es un camino largo, con obstáculos (grandes y sojeros obstáculos) y recién estamos empezando a caminar con la cabeza en alto, después de años de humillaciones, con un proyecto que puso el pecho y algo más. Ahora hay que profundizarlo, para eso hay que defenderlo, el camino es el correcto. Hay errores y muchas dificultades, sin duda, pero Pino, hay cosas que no se pueden negar, olvidar o minimizar, es poco ético. Esto recién empieza, el proceso es largo, el enemigo se acomoda (si la SRA está de un lado, ya se donde debo estar yo), están esperando para volver con todo y darnos duro. Se hizo mucho, muchísimo, falta más. Pedirle al Kirchnerismo que logre desmantelar totalmente las estructuras neoliberales, con mas de 50 años de construcción, en 6 o 7 años, es como haberle pedido a San Martín que cruce los andes en un día.

El autor es militante de GEN-Juventud Peronista y abogado. (Agencia Paco Urondo)

Octavio Getino habla sobre la Ley de medios

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