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lunes, 25 de octubre de 2010

Sobre el uso político de los muertos



Por José Pablo Feinmann

Hace un par de días, un brillante politólogo norteamericano (que conduce un programa de televisión) discutía con tres demócratas –ningún republicano había aceptado ir al programa– la política del presidente Obama. Se decían cosas duras: “Los (norte)americanos somos un pueblo de idiotas y tenemos lo que merecemos, y tal vez más”. “Este gobierno ha hecho muy poco de lo que se esperaba de él.” “Los republicanos, lo sabemos, son basura o peor que eso: torturadores.” Aquí, Bill Maher, el mítico conductor del programa, les propone una reflexión a sus invitados. Dice que está de acuerdo con todo lo que se ha dicho. Pero que desea rescatar dos frases. Una, sobre Obama: “Ha hecho muy poco de lo que se esperaba de él”. Y otra sobre los republicanos: “Son basura o peor que eso: torturadores”. De esas dos frases –ya que las elecciones están cercanas– quiere sacar una conclusión: “No es lo mismo alguien que te decepciona que un enemigo mortal”.

Hubo siempre en la Argentina una izquierda que desconoció está verdad. La Proclama que el ERP lanza ante la llegada de Cámpora al poder es reveladora: como Cámpora no hará la Reforma Agraria, no expropiará a las empresas monopólicas ni disolverá el poder de las Fuerzas Armadas, Cámpora es tan burgués como Lanusse. Al ERP no le importaban las coyunturas políticas. No había política, no podía haberla. El enemigo era todo aquello que no era el ERP. Todo lo que no era el ERP era el poder burgués. ¿Para qué prestar atención a las coyunturas políticas si todas eran expresión de las negociaciones de la burguesía en su lucha por la mayor tajada de la torta capitalista? Así, el ERP ataca la guarnición militar de Azul pocos días antes de la reunión de los diputados peronistas con Perón, entregándole a Perón todos los motivos para demonizar a los jóvenes al acusarlos de ese hecho y, prácticamente ante las cámaras de televisión, condenarlos a muerte. El 24 de marzo de 1976, con las masas en reflujo, los profesionales y los intelectuales en desbande, aterrorizados todos ante la magnitud asesina de lo que se cernía sobre el país, Roberto Santucho lanza la primera proclama de enfrentamiento al régimen: “¡Argentinos, a las armas!”. Desconocía por completo la realidad del país. A eso lo había llevado el desdén por los matices en la política. Todo era el Poder. Todo era un enorme bloque reaccionario y represivo al que se le daba ese nombre: “el Poder”. O “el Estado burgués”.

Ahora ha sido asesinado el joven Mariano Ferreyra. Lo mataron las patotas de la Unión Ferroviaria. Durante días y días los medios masivos de comunicación (que dan forma a la conciencia de los receptores de sus mensajes) se habían indignado por el corte de las vías del Ferrocarril Roca. Respondían a sus verdaderos intereses patronales. Siempre están del lado de los patrones. Ergo, los obreros no pueden andar por ahí cortando vías, cortando calles o avenidas. Hay que terminar con ese piqueterismo pendenciero que este Gobierno ha tolerado hasta extremos inauditos. Debe imperar la ley. La ley no la imponen los piquetes. No la imponen los militantes huelguistas. La imponen los aparatos burocráticos por medio de los cuales se lleva a cabo la violencia legal del Estado. El Estado monopoliza la violencia. Todo aquel que la ejerce por su cuenta debe ser repudiado, encarcelado. Sobre todo si se trata de esos malditos “zurdos” de siempre.

Aquí, la patota sindical se siente autorizada. Porque ella se sabe parte del Estado, del poder sindical, una herramienta suya que se aplica en circunstancias violentas. “Si los zurdos joden, aquí estamos nosotros”. En 1975, en Villa Constitución, una ejemplar huelga obrera de cariz socialista (que rechazó indignada un operativo miliciano montonero que quiso meterse en esa historia que no le pertenecía y los rajaron a los palos y a las puteadas) fue bestialmente reprimida por la acción conjunta de la Triple A y las huestes de Lorenzo Miguel. Se sentían parte del poder, lo eran. Pero esta patota, la que asesinó a Mariano Ferreyra, no es parte del poder, ni mucho menos del Estado. Ha sido, en principio, enardecida por los medios que hoy se rasgan las vestiduras por la muerte del joven militante del PO. Luego pertenece a un sector de los ferroviarios. De esos sectores que deben ser urgentemente depurados. Pero, ¿alguien cree que esa depuración es fácil? ¿Alguien cree que la van a realizar los que hoy le tiran el cadáver al Gobierno, como Eduardo Duhalde, por ejemplo? Duhalde es la antidepuración del Aparato. Porque es el Aparato. De Narváez es el Aparato. Y los demás son oportunistas.

El joven Mariano Ferreyra, si militaba en el PO lo hacía porque tenía la certeza de que todo es el Poder. Que no hay matices. Que no hay con quién dialogar. Que este Gobierno, que se propuso desde su inicio no reprimir, que fue brutalmente criticado por toda la clase media, por el alguna vez célebre Ingeniero Blumberg y sus velitas, al que se le pidió una y otra vez gatillo fácil, pena de muerte (recuérdese a casi toda la farándula clamando por la pena de muerte), no es lo mismo que el que lo sucederá si es derrotado. Supongamos, compañeros del PO (aunque ustedes no me quieran como compañero, pero no me importa: para mí ustedes tienen ideas e ideales, son jóvenes, pelean contra lo que creen injusto, y están –es mi opinión– equivocados porque no han aprendido a ver los matices, las diferenciaciones fundamentales entre las políticas burguesas que llevan en sí la muerte y las que no, no entienden que hoy, aun si ustedes llegaran al poder, no podrían hacer otra cosa que “capitalismo”, “políticas burguesas” o saldrían brutalmente expulsados en dos días a lo sumo), supongamos, decía, que este Gobierno (al que ustedes engloban bajo el omnicomprensivo concepto de “el Poder” con todo lo demás que existe) fuera derrotado en las próximas elecciones. Permítanme decirles algo: lo que va a venir no va a ser lo mismo. Salvo que Uds. todavía crean –como creía el Che en su Mensaje a la Tricontinental– que hay que hacer la guerra total porque, de este modo, acudiendo a la teoría de la hecatombe, la acción del enemigo “se hará más bestial todavía, pero se notarán los signos del decaimiento que asoma”. No, dudo que crean en eso. Pero sí incurren en la interpretación totalizadora del campo enemigo: todos son lo mismo. Y no es así. Sin duda, hay cosas de este Gobierno que –como a muchos de nosotros que no vamos a permitir que lo “erosionen”, frase de un dirigente rural– no les gustan o los han decepcionado. Recuerden ese consejo de oro: no es lo mismo alguien que te decepciona que un enemigo mortal. Por decirlo claro, lo que sigue a esto es un enemigo mortal. Lo que tenemos es un gobierno que posiblemente nos haya decepcionado y nos decepcione, pero ante el cual se pueden plantear libremente las causas de esas decepciones. El que diga que a Mariano Ferreyra lo mató el Gobierno es un torpe. Es un politólogo de cuarta categoría y un dirigente falaz. Pero está enunciando una de las tantas “verdades” que se han arrojado al ruedo ante la muerte de Mariano. Presenciamos la obscena utilización política del cadáver de un joven de 23 años. No nos sorprendemos. Este cadáver era esperado. Demasiado se jactaba el Gobierno de no haber reprimido. De no tener muertos en su gestión. Se acabó. Ahora lo tiene: es Mariano Ferreyra. Nadie pensará en él. Todos buscarán utilizarlo. Algunos ganarán posiciones en la política nacional. Otros no. Pero el que no ganará nada, el que perdió para siempre es Mariano. Porque él está muerto. Porque lo mató una patota impune a la que habrá que castigar de inmediato. Estas cosas no pueden repetirse.

Cuando alguien muere, morimos todos.

Cuando alguien muere, todas las vidas están en peligro.

Cuando alguien muere es porque se ha devaluado el valor de la vida.

La muerte empieza a adueñarse de la escena. Y el resto –desdichadamente– lo conocemos bien.

jueves, 21 de octubre de 2010

Una pesadilla: el gabinete del Sr. Cobos



Por Mempo Giardinelli

De regreso de Frankfurt, en el vuelo, una pesadilla me dejó un horrible sabor de boca. Y si ahora debo compartirla con los lectores es porque ayer mismo la realidad me hizo pensar que podía suceder. Imagínense: ¿Qué sería de este país si por azares del destino el Sr. Julio Cleto Cobos deviniera presidente de la República?

No tiene sentido conjeturar razones para semejante advenimiento, siendo que toda especulación sería ofensiva e inoportuna. Porque tenemos una Presidenta en ejercicio, que conduce esta nación con todos los atributos de la Constitución y la democracia. Y gusten más o gusten menos su estilo y sus decisiones, su figura es incuestionable.

Sin embargo, en mi sueño, y no sé por qué extraña razón (esos enigmas son “naturales” en el mundo onírico), de pronto asumía la primera magistratura el Sr. Cobos, ruidosamente celebrado por no pocos cretinos, resentidos o confundidos, y por muchas almas inocentes pero con poco cerebro, de esas que en la Argentina siempre se quejan a destiempo, no saben de qué se quejan o se encolumnan detrás de oportunos quejosos profesionales.

Tras mucho dudar acerca de la conveniencia de escribir o no este texto de ciencia ficción política, aquí les cuento el escenario que vislumbré a diez mil metros de altura.

El actual vicepresidente asumía el cargo aplaudido por la horda de odiadores que pulula hoy en los medios hegemónicos. Sólo unos pocos desubicados recordábamos, inútilmente, que el hombre llegaba como producto del más grave error político del Sr. Néstor Kirchner, pero eso ya no tenía importancia. Lo que sí la tenía era que en el sueño el Sr. Cobos se rodeaba de los más competentes, lúcidos, éticos y patrióticos políticos de este país.

Su ministro del Interior era el señor Eduardo Duhalde y en Economía hacían cola para ser designados los señores López Murphy, Broda, Redrado e incluso el siempre disponible Sr. Domingo Cavallo. Todos ellos decididos a cancelar rápidamente y por decreto el 82 por ciento móvil. También, y con la misma velocidad, se restablecían las AFJP, se anulaban completa y absolutamente la ley de medios y la de Matrimonio Igualitario, y por supuesto se eliminaban todas las retenciones agropecuarias.

El crecimiento económico autónomo que la Argentina viene teniendo era detenido abruptamente gracias al asesoramiento del FMI, benemérita institución que nuevamente se constituía en monitora de nuestro destino. Concomitantemente se amputaba la inversión educativa, se reducían los salarios en un 13 por ciento y los maestros volvían a cobrar 300 pesos mensuales.

Obviamente se iba al demonio la política de Defensa que ha democratizado a las Fuerzas Armadas, y eso por decisión del nuevo ministro, no recuerdo si el inagotable Sr. Jaunarena o Rosendo Fraga. Lo seguro es que se terminaban las políticas de derechos humanos, y las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo comenzaban a ser vituperadas nuevamente, algunas perseguidas o encarceladas. La ex ESMA era puesta en manos de la señora Cecilia Pando y sus amigos, que preparaban la “restauración a sus mandos naturales”. Y como el Ministerio de Justicia quedaba a cargo de un jurista radical, se disponía la rápida suspensión de todos los juicios por la Verdad, y se amnistiaba a los dictadores Videla, Bussi y Menéndez por razones humanitarias.

La Memoria pasaba a ser una mala palabra, porque todos estaban “hartos” de ella, siguiendo los nuevos postulados del señor Lanata y otros ilustres comunicadores.

El gabinete del Sr. Cobos se completaba con gente inmediatamente aprobada por los diarios La Nación y Clarín, y ocupaban sus puestos la Sra. Beatriz Sarlo en la Secretaría de Cultura de la Nación y Abel Posse en Educación o en Relaciones Exteriores (eso faltaba definirlo porque también eran candidatas a esos puestos las señoras Elisa Carrió y Patricia Bullrich). El voto definidor lo iba a tener el cardenal Bergoglio.

El Ministerio de Agricultura era disputado por los señores Biolcatti, Llambías, Buzzi y el refinado dirigente entrerriano señor De Angelis. En otros puestos Cobos designaba a gente de ética acrisolada como los señores Duhalde, Macri y De Narváez, todos asesorados por el Sr. Luis Barrionuevo. Y el Canal 7 acababa su prédica disolvente con el arribo de Nelson Castro a la dirección, secundado en el directorio por inobjetales demócratas como Mariano Grondona, Mirtha Legrand, Susana Giménez, Eduardo Van der Koy y Joaquín Morales Solá.

Claro que de inmediato en alguna plaza se manifestaban los señores D’Elía, Pérsico y Hebe de Bonafini, pero los piquetes que organizaban eran brutalmente reprimidos, mientras dirigentes sociales como Pino Solanas o Víctor de Gennaro balbuceaban tardías autocríticas. En cuanto a la izquierda y el troskismo, inexorablemente se subdividían en ortodoxos y traidores.

¿Exagero? Ojalá. ¿Que este texto es apocaliptico? Sí, pero tanto como la realidad argentina sabe y puede serlo.

Desperté horrorizado. No soy amigo de la Presidenta, pero si la veo le voy a rogar que viaje menos. Que se cuide más. Que vele por su salud. Y que prevea formas de preservación del rumbo que hoy tiene la Argentina. Porque sin dejar de reconocer las muchas desprolijidades y acciones reprochables de su gobierno –que tanto me fastidia a veces y al que a muchos como yo nos resulta tan difícil defender– hay un rumbo diferente en estos años, una esperanza que esta maldita pesadilla vino a empañar. Porque si acaso la República pasara a ser gobernada por un muerto político como el vicepresidente, de flaca dignidad y viscosa ideología, a mí me corre un frío por la espalda de sólo imaginarlo.

miércoles, 20 de octubre de 2010

ME CONVENCISTE CLARIN

Después de analizar las razones por las que este proyecto ha llegado a su fin debo confesarles que me convencieron:

NO VOY A VOTAR A LOS KIRCHNER. LOS MEDIOS ME CONVENCIERON.
LES VOY HACER CASO .

Por supuesto que ya mismo le voy a decir NO a todo lo que hicieron y quiero que me acompañes con tu firma al pie de la proclama:

1. NO a la nacionalización de las AFJP: Quiero que ya mismo se las devuelvan los bancos extranjeros y que la caja la manejen ellos.

2. NO a la recuperación de los salarios de Jubilados: Quiero que deroguen ya mismo el aumento dos veces al año que votó el Congreso y volver al valor histórico de $130 actualizados.

3. NO a la jubilación universal: Que los que no hicieron aportes, no se jubilen como era antes y que devuelvan la plata todos los que se jubilaron injustamente.

Son solo 1.800.000 viejos.

4. NO a las retenciones a la soja: Que las ganancias se las queden las 2.000 familias que exportan soja y no quiero que se las reparta entre el resto de los argentinos.

5. NO a la recuperación de los pequeños agricultores: Que el Banco Nación les ejecute los campos o se los vendan a los grandes agricultores o inversores extranjeros.

6. NO a la vuelta al crédito: Quiero volver al 2003, nada de compra de autos cero kilómetro, ni cocinas, ni calefones, ni computadoras pagadas en inútiles cuotas. No quiero que laburen los trabajadores de esas empresas, que los despidan si no venden.

7. NO a la generación de empleo: Los 4 millones de argentinos que consiguieron trabajo, ¡que los devuelvan!

8. NO al dólar alto: Que favorece a los exportadores solamente. Quiero volver al uno a uno, aunque haya muchos desocupados, vamos a volver a viajar por el mundo.

9. NO a la Unión Latinoamericana: Quiero volver a las relaciones carnales con EEUU, nada de relacionarse con países atrasados de América.

Bloqueo a Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Paraguay, Nicaragua y recontra bloqueo e inundación a Cuba y todos los cubanitos.

10. NO a la nacionalización de Aerolíneas: Quiero que vuelvan a manos de la madre patria que cuando tuvieron hambre le enviamos trigo y cuando estuvimos mal nos ayudaron con empresas como Repsol y Telefónica. Aunque
perdamos algunas rutas aéreas a manos de otros países y vendamos los aviones, podemos viajar con LAN Chile.

11. NO a las 700 escuelas: ¿Quién se cree Kirchner? ¿Sarmiento? ¡Demolición ya!

12. NO a la limpieza de la Corte Suprema: Quiero volver a la corte anterior. Quiero volver a la justicia anterior. ¡Antes no había justicia obsecuente del Poder Ejecutivo!

13. NO a la política de Derechos Humanos: No hay que juzgar a nadie, no hace falta. Devuelvan la ESMA a los fines anteriores. Repriman los reclamos ¡hace 6 años que no muere nadie en una manifestación!

14. NO a la estatización del Correo: Que se lo devuelvan a Macri, y le perdonamos la deuda de más de 700 millones que debía de canon.

15. NO a los planes sociales: Los que tienen hambre que pidan en la calle y coman en ollas populares en las plazas, si saquean... ¡a la cárcel y mano dura!

16. NO a la recuperación de la Fábrica de Aviones de Córdoba: Podemos comprar aviones brasileños, no necesitamos frabricarlos acá.

17. NO a la derogación de la Ley de Radiodifusión de la Dictadura: Quiero que los medios sigan en pocas manos privadas y quiero seguir pagando para ver el fútbol. ¡Aguanten Clarín, Hadad, Vila y Manzano!

18. NO al aumento del presupuesto educativo: Vamos a volver al 1,2% del PBI de 2003, y rechazo el aumento al 6% actual que es excesivo.

19. No a la recuperación del CONICET: Si tenemos tantos científicos por el mundo ¿para que los queremos acá? ¡Que se vayan!

20. NO a este gobierno: Quiero que vuelva a gobernar cualquiera. Los de la Alianza (Lilita, Stolbizer) o los de Menem (Macri, Solá, De Narváez), me da lo mismo.

martes, 19 de octubre de 2010

Tomá mate con chocolate




Desde ayer, todos los argentinos estamos conectados por Internet.

Argentina conectada y la TV digital abierta son un salto a la luna, ida y vuelta.

¡Es para festejar!

La presidenta se despachó con la frase de nuestro título de hoy en su Twitter personal y se dispararon todos los pájaros de la imaginación.

En un país donde los lugares comunes, agresivos y crispados de la oposición, ametrallan a menudo contra los espíritus pueblerinos, salir de esa encerrona a través del ingenio y la creatividad desde la máxima investidura de la nación, es una invitación a volar cada vez más alto y más libre.

¡Tomá mate y avivate! Decían en mi pueblo.

Me acordé de un amigo preso durante la dictadura que en las mazmorras de la cárcel de Rawson, un buen día sorprendió a sus compañeros de infortunio con una receta de locos. Literalmente hablando.

Se trataba de esconder el chorizo que una vez por mes entregaba la cocina tumbera acompañando una polenta dura como la piedra. Dejarlo secar durante varias semanas a buen resguardo de moscas, alimañas y especialmente de la requisa del penal. Una vez convertido en algo parecido a un salamín se lo embadurnaba con dulce de leche y… ¡buen apetito, Compañeros!

¡Comete un chorizo con dulce de leche!

Todos rieron socarronamente con el improvisado gourmet. Pero lo cierto es que en una próxima tanda de choris, entre disimulos, cada uno de los presos se guardó el chorizo tumbero en su celda. Lamentablemente no les dieron tiempo para el disfrute porque cayó la requisa a los pocos días y chau chorizo. Se pagó muy cara la inventiva, más propia de Doña Petrona que de presos políticos en desgracia.

Interrogados, nadie quería confesar la receta para no pasar por loco. La cosa se puso muy dura porque los penitenciarios querían investigar si estaban preparando algún arma secreta y poderosa. Nada que ver.

Chocolate, pan y mate, ¡tomá mate y avivate!

Cantan los pibes en la escuela.

Si esa misma canción la cantaban a coro los empresarios que se juntaron este fin de semana en el “Coloquio de Ideas” y en el encuentro de la derecha organizado por Mauricio Macri y el español José María Aznar, hubiesen sido más ingeniosos y simpáticos.

Porque la verdad es que según los testigos, a nadie se les cayó justamente eso: una idea. Repitieron las mismas fórmulas neoliberales de los noventa. Más ajuste, más mercado, menos gasto social, menos Estado.

Con un agravante: están absolutamente disociados psíquicamente. Para decirlo de una manera respetuosa. Leer testimonios de que auguran un final de año exitoso y un 2011 cargado de buenas noticias, de más inversiones y más ganancias pero a renglón seguido juegan apuestas para saber quién va a ser el candidato empleado por ellos para “derrotar a los Kirchner” habla muy mal de la salud mental de algunos de los presentes.

Los políticos opositores que por allí pasaron dieron más pena.

Ernesto Sanz pronosticando que “la caída de Néstor y Cristina Kirchner trae aparejada la caída de Moyano” es de un patetismo ya desenfrenado. De Narváez y Binner compitiendo por el discurso más conservador y reaccionario. Duhalde no quiso participar porque no le dieron el atril que exigía pero llegó a declarar que la Argentina debe mirar a Europa y no al África. No se ría. Lo dijo seriamente. ¿No verá los noticieros que traen las imágenes de Francia, España, Grecia, Alemania, conmocionadas por huelgas y movilizaciones que se resisten al ajuste? ¿O en realidad es eso lo que quiere Duhalde?

Ricardo Alfonsín y Julio Cobos están en plena lucha interna. El motivo ahora es el frustrado y falso proyecto del 82 % para los jubilados. Dan risa los analistas del monopolio mediático aduciendo esa interna “al genio de Kirchner”.

Y hablando de Kirchner, nos vamos con esta definición suya de ayer en el interior bonaerense: “No tenemos una sola gota de odio, de bronca, sólo queremos que Argentina crezca, que los estudiantes puedan construir su futuro, que los trabajadores tengan trabajo y que a los productores les vaya bien porque a los argentinos nos va a ir bien”.

Jorge Giles El Argentino, 19 de octubre de 2010

de : manu-stasi.blogspot

Les dejo este increíble y emocionante relato de la compañera Cristina Rodriguez Peralta. Por favor, leanlo.

Me crié en una casa grande, con fondo y pajaritos. Mi abuela gustaba de los pajaritos y los cuidaba en su inmensa pajarera, así como hacía sus panes en un horno de barro que mantenía porque sí, porque le gustaba, porque era como en el campo, cuando vivía en Santa Lucía, la que después arrasaron. No a la ciudad, por supuesto, a la gente, a los que luchaban.

A mi abuela no le gustaban sólo esas cosas. También era alegre y bailaba la zamba. Y cuando cocinaba las escuchaba en un viejo tocadiscos, porque era el que ella entendía, como le placía pelearle a los hijos. Y tampoco era lo único que escuchaba. También era boquense, y ponía a toda furia un chamamé de un arquero, Musimessi, que decía: “dale Boca, viva Boca, el cuadrito de mi flor”. Eso se lo dejaban hacer. Pero había un tema, como se dice ahora, un disco, decía ella, que se lo tenían prohibido, así que esperaba que estuviéramos solas y lo ponía a todo volumen. Una canción como marcha, que cantaba, y que comenzaba diciendo “Los muchachos peronistas, todos unidos triunfaremos”. Eso, m’hijita, me decía, eso es lo que usted tiene que aprender.

Claro, no duraba mucho la alegría, porque eran tiempos remotos, y estaba prohibido escuchar esa marchita. El vecino tocaba el timbre y le decía que no, que bajara el volumen, que él era policía y sabía que eso era peligroso. Y más por miedo a la reprimenda de mi madre, de los hijos, bajaba el volumen.

Ansiaba quedarme sola con ella, y que pusiera esa marchita que hablaba de la gran masa del pueblo. Que me sentara en su falda y me contara de alguien llamado Perón, y que estaba prohibido nombrar, y de Evita.

Los años pasaron, y una vez un profesor en la escuela comenzó a hablar del Pucará, del avión argentino. Claro, era medio facho, así que no hablaba de todo. Pero, qué cosas que tiene la vida, como dice el tango. Alguien de la familia tenía un parentesco político con un señor de apellido Walsh. Qué cosa. Y qué político terminó siendo el parentesco, cuando este tío lejanisimisimísimo me envió un libro que había escrito, un libro prohibido, para variar, y que hablaba de un militar que habían fusilado y de una redada, y de un soldado detenido en secreto (no se usaba la palabra desaparecido, pero los había) y de su lucha por salvarlo. Cómo me gustó ese libro. Y cuánto significó en mi vida.

Ya había fallecido mi abuela, así que no podía oír la marchita, pero comencé a tararearla en mi recuerdo, y a realizar un mar de preguntas. Mi viejo era radical y se enojaba, pero algunos tíos, cuando iba a sus casas de paseo, me llamaban, y me contaban de todo aquello que yo quería saber, como de las cartas de Perón, como de la voz de Evita. Y cuando cumplí los dieciséis recuerdo que ya tenía ganas de pelearme y llevarme a los gorilas puestos, así como así, por matones y sanguinarios, y me llamaba peronista. Y era peronista porque me enojaba que le dijeran el tirano depuesto, y que persiguieran gente, y que no permitieran hablar, ni tener una foto de Evita con su traje largo.

Y todo fue a partir de entonces una vorágine. Una búsqueda y muchos encuentros. Encuentros que le darían a mi vida la riqueza de maravillosos compañeros, aunque muchos han muerto. No se los llevó la vida, se los llevaron ellos, como una mañana me llevaron a mí.

Pero eso no importa, no importa lo personal, ni si sufrí, ni todo lo que me costó la angustia de los helicópteros y el recuerdo en mi cuerpo de la golpiza. Eso fue como una noche negra que me dejó eternamente abandonada, partida, detenida en el pasado y el dolor por mucho tiempo. Eso ya no me importa, porque después de todo estoy viva.

Tenía mis hijitos, los que quedaron esperándome, y me zurcí entera para poder seguir. No tuvo la misma suerte ni mi amiga Morocha, ni el Negro, ni Tina, ni tantos otros. Y quizás me dolía estar tan sola, sobreviviendo.

El tiempo pasó, lenta y dolorosamente. Sé que sobreviví leyendo, metiéndome de lleno en las páginas de la historia. Compré de nuevo el libro de ese lejanísimo pariente, sintiendo que ya las lágrimas no servían, que sabía muy bien cómo era todo aquello. Lo compré porque al otro me lo habían quemado. Hicieron una gran fogata con todo, por miedo, lo entiendo. Así protegen algunos padres, con el silencio. Pero soy madre, y lo comprendo, lo acepto. Tampoco era fácil vivir con tanto miedo. Al mío lo enfrenté leyendo, y leyendo. De cómo todo arranca con Castelli y su sueño eterno de la revolución. Y Moreno, y lo que pasó cuando San Martín volvió luego del pacto de Guayaquil. Y del silenciamiento a Alberdi, que yo creía un afeminado derechista, y que en realidad había defendido la Confederación, y se había peleado con Mitre por la guerra contra el Paraguay, y que murió en un hospicio, también él, triste, solitario. Y me repetía mil veces las palabras con que Andrés Rivera concluye su novela, algo así como quién podrá comprender el dolor de los revolucionarios.

Sin embargo hoy, hoy que de nuevo los traidores se trepan a horcajadas en nuestra lucha, y se regodean vilipendiándonos, y los fachos escriben en los foros de los diarios “se equivocaron los militares, debieron matarlos a todos”, hoy, me siento nuevamente viva. Porque ayer fue el día de la madre, y estuve con mis hijos. Pero también fue 17, y he reencontrado compañeros, y a sus hijos, y siento que nadie podrá vencernos, porque la pasión sigue viva, viva como todo lo que es imborrable, como el recuerdo, y como el coraje.

Y ya no me duele nada, porque tengo otra misión que cumplir. Me digo que es tan importante la alegría, y abrazar a esos hijos como los míos, a los hijos de todos los que lucharon. Como dice la zamba del chaguanco, que volvemos en ellos. Se fueron, porque los mataron, pero dejaron su simiente. Y sonrío porque ayer he resuelto seguir viva y luchando, y acompañando, y nutriendo. Luchar toda la vida, todo lo que tenga de vida. Porque sí, porque mi abuela tocaba la marchita, y esa gran masa del pueblo todavía espera que sigamos. Y porque no somos sobrevivientes. Somos un río inmenso, una vorágine de amor que ampara, y un montón de coraje para cuidar de ellos, de nuestros hijos.





lunes, 18 de octubre de 2010

PREMIO NOBEL 2010, DE ECOLOGIA..... ES PARA UN MEXICANO



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Pocos lo saben, pero existe un premio tipo "Nobel" de Ecología.
Este año lo ha ganado Jesús León Santos, de 42 años, un campesino indígena mexicano
Que ha estado realizando, en los últimos 25 años, un excepcional trabajo
De reforestación en su región de Oaxaca, México.
El nombre de la recompensa es "Premio Ambiental Goldman"
(www.goldmanprize.org/theprize/about_espanol).
Fue creado en 1990 por dos generosos filántropos y activistas cívicos
Estadounidenses Richard N. Goldman y su esposa Rhoda H. Goldman.
Consta de una dotación de 150.000 USD ($2,154,000 M.N.) y se entrega cada
año, en el mes de abril, en la ciudad de San Francisco, California (Estados
Unidos).

Hasta ahora ha sido otorgado a defensores del medioambiente de 72 países. En
1991, lo ganó la africana Wangari Maathai, quien luego obtuvo el Premio
Nobel de la Paz en 2004.



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A Jesús León Santos se lo han dado porque, cuando tenía 18 años, decidió
Cambiar el paisaje donde vivía en la Mixteca alta, la "tierra del sol".
Aquello parecía un panorama lunar: campos yermos y polvorientos,
Desprovistos de arboleda, sin agua y sin frutos. Había que recorrer grandes
Distancias en busca de agua y de leña. Casi todos los jóvenes emigraban para
Nunca regresar, huyendo de semejantes páramos y de esa vida tan dura.

Con otros comuneros del lugar, Jesús León se fijó el objetivo de reverdecer
Los campos. Y decidió recurrir a unas técnicas agrícolas precolombinas que
Le enseñaron unos indígenas guatemaltecos para convertir tierras áridas en
Zonas de cultivo y arboladas.


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¿Cómo llevar el proyecto a cabo? Haciendo revivir una herramienta indígena
también olvidada: El tequio, el trabajo comunitario no remunerado. Reunió a
Unas 400 familias de 12 municipios, creó el Centro de Desarrollo Integral
Campesino de la Mixteca (Cedicam), y juntos, con recursos económicos
limitadísimos, se lanzaron en la gran batalla contra la principal culpable del deterioro: la erosión.

En esa región Mixteca existen más de 50.000 hectáreas que han perdido unos
Cinco metros de altura de suelo desde el siglo XVI. La cría intensiva de
Cabras, el sobre pastoreo y la industria de producción de cal que estableció
La Colonia deterioraron la zona. El uso del arado de hierro y la tala
Intensiva de árboles para la construcción de los imponentes templos
Dominicos contribuyeron definitivamente a la desertificación.
Jesús León y sus amigos impulsaron un programa de reforestación. A pico y
Pala cavaron zanjas-trincheras para retener el agua de las escasas lluvias,
Sembraron árboles en pequeños viveros, trajeron abono y plantaron barreras
Vivas para impedir la huida de la tierra fértil.

Todo eso favoreció la recarga del acuífero. Luego, en un esfuerzo titánico,
Plantaron alrededor de cuatro millones de árboles de especies nativas,
Aclimatadas al calor y sobrias en la absorción de agua.

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Después se fijaron la meta de conseguir, para las comunidades indígenas y
Campesinas, la soberanía alimentaria.

Desarrollaron un sistema de agricultura sostenible y orgánica, sin uso de
Pesticidas, gracias al rescate y conservación de las semillas nativas del
maíz, cereal originario de esta región.
Sembrando sobre todo una variedad muy propia de la zona, el cajete, que es
De las más resistentes a la sequía.

Se planta entre febrero y marzo, que es allí la época más seca del año, con
Muy poca humedad en el suelo, pero cuando llegan las lluvias crece
rápidamente.

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Al cabo de un cuarto de siglo, el milagro se ha producido.
Hoy la Mixteca alta esta restaurada. Ha vuelto a reverdecer. Han surgido
Manantiales con más agua. Hay árboles y alimentos. Y la gente ya no emigra.

Actualmente, Jesús León y sus amigos luchan contra los transgénicos, y
Siembran unos 200.000 árboles anuales..


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Cada día hacen retroceder la línea de la desertificación.
Con la madera de los árboles se ha podido rescatar una actividad artesanal
Que estaba desapareciendo: la elaboración, en talleres familiares, de yugos
De madera y utensilios de uso corriente.

Además, se han enterrado en lugares estratégicos cisternas de ferrocemento,
De más de 10.000 litros de capacidad, que también recogen el agua de lluvia
Para el riego de invernaderos familiares orgánicos.

El ejemplo de Jesús León es ahora imitado por varias comunidades vecinas,
que también han creado viveros comunitarios y organizan temporalmente
plantaciones masivas.

En un mundo donde las noticias, con frecuencia, son negativas y deprimentes,
esta historia ejemplar ha pasado desapercibida.

¡ Circula esta noticia PARA QUE TODO MÉXICO SE ENTERE !!!!

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