por Emiliano Álvarez
La pregunta que hace varios años atormenta a los militantes y adherentes del kirchnerismo en Córdoba , sobre el “quilombo”
que los envuelve, podría ser definida como anomia por algunos sesudos
cientistas , que casi siempre anidan en La Reina del Plata. Pero apenas
es analizada un poco por los que caminan la provincia central del país ,
es rápidamente desechada y aparecen con nitidez algunos razgos
distintivos del variopinto entramado de la fuerza política que le ganó
electoralmente al nuevo y antiguo “cordobesismo” que gobierna la provincia desde el comienzo de la democracia .
Tratar de entender a nuestra política local requiere remontarse a
algunos elementos que han alimentado durante mucho tiempo a este
formato tan especial del arte más antiguo de la humanidad; esta
provincia conformada por importantes productores agrícolas , o sojeros ,
con altísimo poder adquisitivo , también generó empresas automotrices
que en los noventa mutaron de ser los grandes conglomerados de
operarios de salarios alto y gremios combativos de los 70′s, a una
fuerza laboral reducida y con amplio abanico de trabajadores
tercerizados, lo cual maceró un sector laboral muy interesado sólo en su
salario y con gremios que defienden al sector sin mayor interés en la
masa de trabajadores en general , uno de sus dirigentes hoy es
legislador del régimen y cacique de la CGT provincial.
Al mirar hacia los jóvenes nos encontramos con una Universidad donde
no hay debate de la política , ni en los claustros , ni en sus
adyacencias. Con una rectora que se manifiesta “entusiasmada”
con el Proyecto Nacional pero que llegó al poder de la mano de la
siempre ominosa Franja Morada, que casi sin interrupciones -excepto el
intervalo en que gobernó el “Frente Santiago Pampillón”-,controla la UNC desde el `83 a la fecha. Esta alianza no ha sufrido resquebrajamientos hasta ahora.
Solamente algunos colegios secundarios dieron batalla desde lo
reinvindicativo , por la decadencia edilicia y la falta de mantenimiento
de los mismos, pero esa lucha no logró pasar el cerco del reclamo
sectorial. Lo paradójico es que muchos de ellos confrontaron con los
dirigentes de un gremio de No docentes , que jamás contemplaron la
búsqueda de consensos y la apertura a debatir sobre las políticas
universitarias en general , sólo exigían el mejoramiento salarial sin
mayor ansiedad por la Universidad en su conjunto. Esta politica sectaria
los llevó a ser derrotados por una nueva alianza de trabajadores
afines a la rectora y al Proyecto Nacional, que surgen con una propuesta
más abarcativa.
En los llamados partidos políticos, que en el caso del PJ es una
gerencia manejada por mano de hierro y declamada con palabras de seda ,
pese a generar compulsa interna , no alcanza a modificar en nada la
trayectoria de las directivas surgidas del jefe del Cordobesismo
actual y aplicadas con certera decisión por el artesano de Valle
Hermoso y legalmente conformadas por el abogado de voluminoso porte que
mora en Belville.
Los cordobesistas nunca dicen otra cosa que son peronistas,
lo dicen sin sonrojarse al mismo tiempo que un hormiguero perfora el
piso donde esta arrumbado el busto de Evita, en la sede
central del PJ cordobés. Esta gerencia mantuvo desde el 2003 a la fecha
una danza que pasó de la sutileza a la amenaza directa, cuidando el
feudo, negociando con los radicales y siendo ostensiblemente el
principal reservorio del neoliberalismo , pero sin generar
enfrentamiento abierto con Cristina. Distintos
funcionarios de Buenos Aires , renovaron durante estos años el círculo
vicioso de evitar el choque manteniendo el flujo económico. Hoy todo
parece indicar que la trayectoria de colisión es imparable , el jefe del
cordobesismo ajusta un poco más cada día el escuálido cuerpo del PJ cordobés, golpeado en la médula por Cristina el 14 de agosto pasado. Para seguir al acecho del primer traspié que le pudiese ocurrir al gobierno de Cristina.
Muchos peronistas afiliados y militantes del PJ desecharon el cordobesismo
para sostener sin cortapisas al proyecto liderado por la Presidenta,
algunos antes habian dado la batalla sin mayores ayudas por los
referentes que “bajan” de Baires, en algunos circuitos lograron imponer a peronistas que responden a Cristina , pero la gran mayoía sucumbió al aparato. Otros autodenominados “kirchneristas-peronistas” cambiaron sus pieles , al ritmo que dejaba en claro los acuerdos subterráneos de Acastello que sonreía más que nunca el 7 de agosto , pero que nadie ha podido encontrarle de nuevo la sonrisa sottista de entonces .
Ante el archipiélago cordobés , con una rectora que visita el norte
de la provincia y organiza fiestas en la ciudad Universitaria, hay un
recién asumido diputado nacional que se afana en acarrear hacia Baires a
la Fundacion Mediterránea, para que construya casas con el dinero del
ANSES y reuniones con referentes e intendentes , bajo la batuta del
viejo y voluminoso sottista Jorge “zurdo” Montoya.
Más allá, hay un mar de pequeñas organizaciones , casi todas
militadas con muchísimo esfuerzo por jóvenes. En casi todas el
denominador común es que no logran enraizar en lo que la sociedad
reconoce como sus dirigentes genuinos, esto es los centros vecinales en
los barrios , los centros de estudiantes y las conducciones sindicales.
Por primera vez los organismos nacionales más poderosos como el Anses,
Pami y Ministerios de Desarrollo Social , son conducidos por militantes K
, pero excepto el Pami que lo conduce un viejo militante peronista de
San Justo, los otros son personas de reciente aterrizaje en Córdoba.
Mas de 80 agrupaciones componen la militancia K, casi todas influidas por las decisiones de sus “terminales”
en Baires , lo cual impide dar el debate franco y con capacidad de
decidir en lo local , entonces se dan paradojales enfrentamientos entre
organizaciones que en Córdoba trabajan juntas pero en Buenos Aires
tienen feroces internas o viceversa.
Entendemos que la lógica que dimana desde el puerto en búsqueda de “gobernar” , genera innumerables “fábricas de humo”
que no pretenden disputar el poder politico en la provincia , sino
resolver cuestiones minúsculas de personas o agrupaciones , que se
debaten al fin en interdisputas para lograr cargos o “bajar” recursos, que van carcomiendo poco a poco la necesaria unidad y generando una desconfianza casi rayana en la guerra civil.
El acto del 27 de abril en Vélez , enmarcado en la consigna de UNIDAD Y ORGANIZACIÓN , ha impulsado mucho entusiasmo en todo el espectro K, se han desatado múltiples reuniones que se hablan de “unidad”, pero en las cuales aún no se pone en el centro del debate , la cuestion del “cordobesismo”,
con una necesaria e imprescindible valoración de las ideas centrales
surgidas en 2003 , de modo que un Estado presente que interviene en la
economía y en lo social para incluír y fortalecer a los más débiles,
avive el debate con este proyecto confrontándolo en sus bases más
profundas , para que las camaleónicas piruetas surgidas estos años no
se consoliden en las prácticas. Porque si no se logra erigir una
creciente disputa con este pensamiento decadente del neoliberalismo
conservador , no podrá construirse ni las herramientas políticas de
unidad del Kirchnerismo cordobés, ni tampoco se podrá dar la batalla
para abatir con éxito en 2013 y 2015 al brutal, oxidado y debilitado cordobesismo actual.
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