Víctor Basterra, sobreviviente de la ESMA, recibirá esta tarde el Diploma al Valor que entrega la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires por el material gráfico que rescató mientras estuvo detenido-desaparecido y que fue clave para desenmascarar ante la Justicia a los ejecutores del aparato represivo que funcionó allí durante la dictadura. La entrega del reconocimiento será a las 18 en el salón Montevideo del Palacio Legislativo. A pocos días de comenzar el juicio oral y público por un tramo de la mega causa ESMA, la entrega del diploma se realizará a las 18 en el salón Montevideo del Palacio Legislativo, donde asistirán autoridades, legisladores y miembros del Instituto Espacio para la Memoria, del que forma parte el ex detenido-desaparecido.
Víctor Basterra, trabajador gráfico y fotógrafo, fue secuestrado el 10 de agosto de 1979 y permaneció en la ex ESMA hasta el regreso de la democracia, siendo vigilado hasta agosto de 1984.
Las fotos de los secuestrados en la ESMA fueron sacadas de ese lugar por Basterra en el final de su cautiverio, mientras estaba detenido pero podía hacer algunas salidas. Arriesgó sus posibilidades de sobrevivir para poder aportar un testimonio irrevocable contra los asesinos de sus compañeros.
También se llevó un puñado de retratos de represores, que durante todos estos años sirvieron para identificarlos, probar su paso por el centro clandestino de detención y que aportó como pruebas en el juicio a las Juntas y en otras causas que investigan los crímenes del terrorismo de Estado, como la que el Tribunal Oral Federal 5 iniciará el 11 de diciembre cuando juzgue a los ex marinos Alfredo Astiz, Jorge "Tigre" Acosta y 17 represores más.
Entre los considerandos para la entrega del Diploma de Honor al Valor, el autor de la iniciativa diputado Facundo Di Filippo destacó "el reconocimiento a su arriesgada acción de recopilar -durante su cautiverio y sometimiento a torturas en el centro clandestino ESMA- documentación gráfica que se ha constituido en prueba fundamental sobre los crímenes de lesa humanidad de la última dictadura militar".
"Recopilar y poner a resguardo toda esa documentación gráfica del horror que sufrió fue para Basterra una obligación y compromiso militante, un mandato de todos los torturados y asesinados en la ESMA", dice en otro tramo la iniciativa del reconocimiento a Basterra, quien pacientemente en cada salida que le era concedida, se colocaba en la ropa interior los negativos que iba rescatando para llevarlos fuera del centro clandestino de detención.
"Sacar fotos indica tanto la acción de tomar fotos como de quitarlas de un lugar, trasladarlas. Víctor Basterra, sobreviviente de la ESMA, fue obligado, durante su cautiverio, a tomar fotografías de sus represores, para sus documentos", escribió en 2006 María Moreno para el suplemento Radar de Página/12. "Era otro fotógrafo el que tomaba fotos de los cautivos. Lo que Víctor Basterra hizo fue `sacar fotos´ de los desaparecidos de la ESMA, junto con otros valiosos documentos. En el libro Memoria en construcción, el debate sobre la ESMA, Marcelo Brodsky le sigue el juego a la ambigüedad de la expresión `sacar fotos´: `Me equivoqué, es cierto, Víctor. No apretaste el gatillo. Pero sacaste las fotos, y lo hiciste dos veces. Y las dos te fue la vida en ello. Las sacaste de la pila, las salvaste de la hoguera, las quitaste del olvido. Y después las sacaste de nuevo. Las pusiste ahí abajo, muchos huevos, la verdad, y las llevaste afuera, ¿al mundo real? Las escondiste adentro y las sacaste afuera, claro que las sacaste, Víctor. Las sacaste dos veces aunque no hayas apretado el gatillo´".
Víctor Basterra, trabajador gráfico y fotógrafo, fue secuestrado el 10 de agosto de 1979 y permaneció en la ex ESMA hasta el regreso de la democracia, siendo vigilado hasta agosto de 1984.
Las fotos de los secuestrados en la ESMA fueron sacadas de ese lugar por Basterra en el final de su cautiverio, mientras estaba detenido pero podía hacer algunas salidas. Arriesgó sus posibilidades de sobrevivir para poder aportar un testimonio irrevocable contra los asesinos de sus compañeros.
También se llevó un puñado de retratos de represores, que durante todos estos años sirvieron para identificarlos, probar su paso por el centro clandestino de detención y que aportó como pruebas en el juicio a las Juntas y en otras causas que investigan los crímenes del terrorismo de Estado, como la que el Tribunal Oral Federal 5 iniciará el 11 de diciembre cuando juzgue a los ex marinos Alfredo Astiz, Jorge "Tigre" Acosta y 17 represores más.
Entre los considerandos para la entrega del Diploma de Honor al Valor, el autor de la iniciativa diputado Facundo Di Filippo destacó "el reconocimiento a su arriesgada acción de recopilar -durante su cautiverio y sometimiento a torturas en el centro clandestino ESMA- documentación gráfica que se ha constituido en prueba fundamental sobre los crímenes de lesa humanidad de la última dictadura militar".
"Recopilar y poner a resguardo toda esa documentación gráfica del horror que sufrió fue para Basterra una obligación y compromiso militante, un mandato de todos los torturados y asesinados en la ESMA", dice en otro tramo la iniciativa del reconocimiento a Basterra, quien pacientemente en cada salida que le era concedida, se colocaba en la ropa interior los negativos que iba rescatando para llevarlos fuera del centro clandestino de detención.
"Sacar fotos indica tanto la acción de tomar fotos como de quitarlas de un lugar, trasladarlas. Víctor Basterra, sobreviviente de la ESMA, fue obligado, durante su cautiverio, a tomar fotografías de sus represores, para sus documentos", escribió en 2006 María Moreno para el suplemento Radar de Página/12. "Era otro fotógrafo el que tomaba fotos de los cautivos. Lo que Víctor Basterra hizo fue `sacar fotos´ de los desaparecidos de la ESMA, junto con otros valiosos documentos. En el libro Memoria en construcción, el debate sobre la ESMA, Marcelo Brodsky le sigue el juego a la ambigüedad de la expresión `sacar fotos´: `Me equivoqué, es cierto, Víctor. No apretaste el gatillo. Pero sacaste las fotos, y lo hiciste dos veces. Y las dos te fue la vida en ello. Las sacaste de la pila, las salvaste de la hoguera, las quitaste del olvido. Y después las sacaste de nuevo. Las pusiste ahí abajo, muchos huevos, la verdad, y las llevaste afuera, ¿al mundo real? Las escondiste adentro y las sacaste afuera, claro que las sacaste, Víctor. Las sacaste dos veces aunque no hayas apretado el gatillo´".
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